Si hay algo para lo que no tengo suerte es para los acompañantes que me tocan en el bus, es tétrico lo que me acontece, siempre ligo mal! Es como una suerte de maleficio o algo así siempre me toca bailar con la más fea.
Lo común en el bondi es buscar sentarse o por lo menos para mi, sentarse del lado de la ventanilla, no se por que lo hago pero el día que quiero viajar solo me siento del lado del acompañante. Por lo visto mi cara de perro hace que nadie se quiera sentar a mi lado. Amén de eso los días que estoy “dispuesto a viajar acompañado” las menos de las veces, viendo además que esos ómnibus que tiene una fila de asientos solos de uno, no los uso con frecuencia hay días que me resigno.
Lo que acontece es que cuando viene en el contingente de gente que sube al bus, el que apesta se sientan a mi lado es matemático y bastante constante. Parece que mi cara o mi postura o bien vaya uno a saber que, los invita, se me sientan al costado y yo por lo visto que tengo muy buen olfato los percibo al toque es impresionante. Se me han sentado al costado personas sucias, con mal olor o con olor fétido y alguno que otro apestando a alcohol, pero incluso en los casos donde hay lugares vacíos en el bus parece que fuera a propósito.
En casos extremos he incluso abierto la ventanilla, a pesar de que pueda generar algún tipo de odio interno, la verdad que cuando se suben así y se me sientan al costado no se que hacer y no me importa el que dirán tampoco. Ni que hablar si tenemos algún vomitivo abordo, ahí soy capaz de bajarme del bus sin más.
Debe ser que yo con mis olores soy bastante maniático, siempre siento que estoy apestando que transpiro mucho, pero estas gentes por lo general me gana o será que tengo muy desarrollada la nariz. En cualquier caso sigo pensando que no son ellos soy yo.
Ro
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